Acabo de leer un artículo que dice que la competencia es mala para la innovación.
«El problema de los concursos de innovación» publicado, nada más y nada menos que, en el Harvard Business Review.
Contraintuitivo. Ellos mismos lo reconocen.
Porque mi primera sensación es que tener competencia tiene que ponerte las pilas para ser más rápido, para ser más original, para buscar soluciones distintas, para destacar.
Pero el artículo dice que han comprobado que cuando la gente sabe que tiene competencia se le pone una presión que anula la creatividad.
No soy quien para discutir con los sesudos y prestigiosos investigadores.
Pero lo que yo veo es lo contrario.
Y para muestra lo que ha pasado este fin de semana.
Estos son algunos titulares:
- «Sir Richard Branson despega en un «extraordinario» vuelo espacial»
- «Richard Branson vuela al borde del espacio en un avión cohete de pasajeros de Virgin Galactic»
- «El multimillonario Richard Branson llega al espacio en su propia nave»
Podemos discutir si este paso, esa innovación va a traer algún beneficio real a la humanidad.
O si solo es un capricho de un niño de casi 71 años con mucho dinero.
Si puede competir, por ejemplo, con un Roomba que, evidentemente, cubre una necesidad básica en la escala de Maslow.
Pero lo cierto es que poder llevar a un señor de casi 71 años fuera del alcance de la gravedad de la tierra es un reto interesante.
Si Sir Richard Branson puede hacerlo entonces esto va a estar al alcance de mucha otra gente.
Puede que solo sean los inicios del turismo espacial.
Puede que sea el primer escalón para poder establecer bases en órbita para ir más allá de la tierra. Sin que tengas que gastar millones en criptomonedas y entrenar durante años.
Y ¿por qué se ha conseguido este hito?
Pues yo creo que estos titulares lo reflejan:
- «Bezos contra Branson: la carrera espacial de los multimillonarios despega»
- «Los hombres cohete: Bezos, Musk y Branson se pelean por la supremacía espacial»
- «Factbox: Bezos, Branson y Musk: ¿Quién está ganando la carrera del turismo espacial?»
Puede que Sir Branson, Richard para los amigos, hubiera conseguido lo mismo con solo pensar en que se acerca su 71 cumpleaños.
Pero la competencia añade alas a la carrera.
Indudablemente.
De hecho los primeros grandes pasos en la carrera espacial se consiguieron durante la guerra fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
- En 1957 el primer satélite artificial en órbita (minipunto para URSS)
- También en 1957 la perra Laika en órbita (URSS 2 – USA 0)
- 1961 Yuri Gagarin es el primer humano en órbita (3-0)
- 1964 la primera mujer, Valentina Tereshova, en el espacio (este partido se pone complicado para USA)
- 1966 primer aterrizaje en la luna (URSS otra vez)
- 1969 primer humano en la luna (Aquí USA consigue recuperar todo el terreno perdido, tenemos partido)
Y tras esto ¿qué? Pues realmente la situación política cambió y la carrera espacial perdió mucho interés y, lamentablemente, se han visto muy pocos avances destacables durante bastantes decenios.
¿En serio se puede decir que la competencia no influyó en esos resultados?
¿Se habría conseguido algo similar (o mejor) si no hubiera una competitividad importante entre los países?
De hecho actualmente volvemos a estar en una situación similar, aunque hemos cambiado a la ya inexistente URSS por China.
Y a la luna por marte.
No hace falta ser una superpotencia ni un multimillonario para innovar, para ser creativo en los negocios y para conseguir resultados sorprendentes.
Pero, en mi humilde opinión, tener algo de competencia añade esa presión de tiempo que obliga a actuar rápido, a mantener el foco y no permitir que otros temas distraigan de esa prioridad para el negocio.