TI + IA = Crecimiento exponencial del negocio
Si realmente te gusta tu negocio, ya sabrás qué hay algo más complicado que gestionar al equipo de personas. Gestionar el software.
¿Quieres saber cómo transformar ese caos de aplicaciones en una solución efectiva y productiva?

Dicen por ahí que la informática está para ayudar a gestionar los negocios.
Sin embargo, ¿es realmente así?
Lo que se suponía que era una herramienta que te iba a ayudar en tu trabajo, ahora te esclaviza.
Los noticias de negocios en Internet te cuentan las maravillas de las nuevas aplicaciones. Los proveedores tecnológicos te intentan convencer de que no puedes vivir sin su software. Los colegas y competidores te ponen los dientes largos con la cantidad de trabajo que se van a quitar de encima con el nuevo producto que están instalando.
Psst. Te cuento un secreto: tus colegas están igual. Digan lo que digan. Lo digo por experiencia.
Hace 30 años, en la edad de piedra informática, se estudiaba como operaba la empresa de forma manual y luego se desarrollaba una aplicación que automatizaba exactamente eso.
Para esa empresa en concreto.
Para ese proceso en concreto.
Para ese directivo en concreto.
Si cambiabas el directivo podías tirar el sistema.
¡En serio! El sistema encajaba como un guante, pero no era para nada flexible frente a los cambios.
Y no hablemos de lo que costaba desarrollar algo a medida.
Hoy, por suerte, ya no es así.
Hoy hay aplicaciones para todo.
- Para que cualquier no desarrollador pueda crear webs
- Para guardar la información de tus clientes
- Para facturar, contabilizar y todas esas cosas administrativas
- Para gestionar compras, ventas, stocks, presupuestos y lo que te dé la gana
- Para documentarlo todo y compartirlo con tus empleados y colaboradores
- Para sacar informes preciosos y dejar a tus inversores con la boca abierta
- Para conectar con el banco, la gestoría, los proveedores y los clientes… sin tener que ir a verlos
- Y para tantas y tantas cosas más
Y, sin embargo, es probable que sigas siendo tan poco eficiente como cuando no existía nada de eso.
Si no más.
Porque, en realidad, has pasado a ser esclavo de todo ese software.
Tú y tu equipo ahora sois el pegamento que hace que todo eso funcione.
Copias información de un Excel a la aplicación de Business Intelligence para poder mostrar los informes consolidados a los accionistas.
Tras cada visita de un cliente, puede que dediques 20 minutos a rellenar cuestionarios para que, si no estás en la oficina cuando vuelva ese cliente, entonces otra persona le pueda atender.
Aunque todo el mundo sabe que la única forma de saber la realidad del cliente más vale levantar el teléfono y llamar a la persona que le atiende normalmente.
Y quizá hayas reducido algo los papeles sobre la mesa.
A cambio de tener docenas (por no decir centenares) de emails al día en la bandeja de entrada.
No sé qué es peor.
Y no hablemos de lo que cuesta explicar como funciona todo cuando entra una nueva persona en el equipo.
Montar el «Sistema Informático» de una empresa es como construir un puzzle.
Tienes piezas para todo. Pero es como un puzzle de piezas en blanco. ¿Conoces algún valiente que sea capaz de encajarlas?
La parte difícil es encontrar el conjunto de piezas que resuelven tus necesidades.
Y, muy especialmente, saber cómo hacer que encajen entre sí.
En realidad tú no necesitas aprender a montar el puzzle.
Lo que necesitas es el puzzle montado.
En este enlace te cuento como:
¿Sabes qué?
Para la mayoría de empresas y emprendedores el problema no es si se equivocan o no al tomar decisiones sobre las aplicaciones que tienen que utilizar.
El problema principal es que tardan demasiado en tomar esas decisiones.
Pero eso es algo normal.
Porque esas decisiones son complicadas.
Porque hay demasiadas alternativas.
Porque cada semana aparecen nuevas opciones.
Y no dispones de tiempo y dinero para tirar en buscar y probar aplicaciones para ver si sirven o no para lo que necesitas.
Así que, muchos como tú se quedan bloqueados intentando tomar la decisión de qué aplicación les conviene implantar. O de sí necesitan desarrollar o no.
Porque piensan que si se equivocan van a perder mucho tiempo o dinero o ambas cosas.
Así que mientras dan vueltas y vueltas y vueltas a estos temas para tomar la mejor decisión pasan semanas, meses, años.
Y cuando por fin deciden lo que tienen que hacer y lo implantan, de pronto descubren que han perdido eones de tiempo y toneladas de dinero por no hacer realizado ese cambio antes.
Cuanto antes tomes esas decisiones, antes verás los resultados.
Te propongo compartir contigo algunas de mis experiencias ayudando a empresas y emprendedores para tomar esas decisiones.
En los próximos días te contaré:
- Cómo una automatización sencilla permitió a una empresa validar si su idea de negocio era rentable, ahorrándose pagar por cientos de contenidos y adelantando meses el tener un producto apetecible.
- Por qué es importante montar el Frankenstein informático con las piezas correctas para que tu negocio sea ágil y el monstruo no se lo coma.
- De que pie cojean las distintas consultoras para entender si lo que te aconsejan es lo que tú necesitas o lo que a ellas les conviene.
- Finalmente, cuándo debes replantearte si las piezas de tu sistema informático siguen siendo la ayuda que contrataste cuando las seleccionaste.
Y lo mejor de todo
- Cuáles son los pasos que debes dar para evitar que tu amistosa relación con tu desarrollador acabe como el matrimonio de Shakira y Piqué.
Y, si te sigue interesando, te iré contando las lecciones que aprendo de mis clientes y sus proyectos que, quizás, te puedan ser útiles algún día.
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