Se supone que lo social se refiere a relaciones entre humanos.
Y las redes sociales son el resultado de establecer ese tipo de relaciones.
Personas que conectan con personas.
Plataformas que permiten que la gente cuente lo que se le pase por la cabeza.
Y que otra gente lo pueda leer, escuchar, ver.
Y opinar. Con corazoncitos, pulgares o, si te sientes parlanchín, con palabras.
Lo curioso es que parece que las redes sociales van camino de ser cada vez menos entre personas.
He estado recientemente preparando una charla para estudiantes universitarios.
Una charla sobre las competencias digitales.
Básicamente (y aquí me hago spoiler) el mensaje es que o te pones al día con la tecnología que llega o la tecnología se encargará de ponerte en tu lugar.
Y además de hablar sobre las tecnologías actuales.
Y de contar batallitas sobre lo que he visto en mis treinta y muchos años de experiencia.
También aproveché para hablar sobre las nuevas tecnologías que ya están llegando.
Entre otras cosas, profundicé en los temas de IA. Inteligencia Artificial.
En estos últimos años su uso se está disparando a todos los niveles.
Desde sistemas que nos recomiendan qué series ver, qué música escuchar, qué libros leer.
Hasta sistemas capaces de generar texto, fotos, audios y vídeos a partir de una simple idea o una foto parcial.
Y, lo interesante, es que se está viendo mucho potencial para las IAs en la generación de textos para webs y redes sociales.
Sistemas capaces de escribir textos cortos, tweets, títulos para emails, descripciones de productos, biografías o anuncios completos para cualquier red social.
Hasta los que pueden escribir posts o emails completos sobre el tema que te interese.
Es decir, no solo la IA decidirá el contenido que más nos puede interesar (o le interesa a sus propietarios) de nuestras redes sociales.
Sino que también es más que probable que ese contenido ya no sea generado por personas sino por otras IAs.
Acabaremos siguiendo a escritores virtuales (probablemente sin saberlo) que escriben sobre los temas que nos interesan y que tienen sus propios avatares, fotos y sus biografías ficticias.
Cada vez estamos más cerca de los replicantes de Blade Runner.
Cuando las IAs ya no sepan si sus vidas son reales o una pura invención del mundo virtual.
Viviremos dentro de poco en mundo de información generada automáticamente a partir de otra información que fue generada a su vez automáticamente sobre otra información previa.
Blade Runner nos demostró que somos muy malos adivinando el futuro (basta ver como se imaginaba en los años 80, Los Ángeles de 2019).
Pero lo que sí es muy real es que la tecnología nos va cambiando nuestra forma de vida.
Y que, quien sabe aprovecharla en el momento adecuado, tiene una gran oportunidad para generar el negocio del futuro.
Y el propio futuro.