La fórmula perfecta ¿aguanta un uso sin mesura?

¿Cuál es tu plato favorito?

Pongamos, por poner un ejemplo,… la paella.

La paella está muy bien.

La hay de marisco, de pollo, de verduras, mixtas, ciegas, de bogavante para un día especial y de casi cualquier cosa que te apetezca.

Se le puede echar mucha imaginación.

Más de una vez con lo que se encuentra en la nevera.

Y cuando esperas que habrá paella para comer te chupas los dedos desde el día antes.

Los jueves paella. Es una tradición nacional.

Lo que ocurre es que la paella está muy bien una vez por semana. Tal vez dos.

Pero si tienes paella para comer y cenar todos los días pues pronto vas a acabar odiando la paella.

Y la paella no tiene ninguna culpa.

Es cuestión de saber usarla con mesura.

Pues algo parecido ocurre con las fórmulas secretas para crear tu perfil profesional.

Ahí, tengo que reconocerlo, tienen ventaja los asalariados.

La empresa les da un cargo y basta poner eso en las redes:

«CEO de PinguinoVerde.com«

«Programador full-stack en Marte2050.com«

«Instalador electricista en Chispas.com«

Y eso da envídia cuando eres un emprendedor o un consultor o que trabaja por su cuenta.

Porque lo de «CEO y fundador de MiMinusculaOficina.com» no inspira mucha confianza.

Así que, para solucionar esta gran necesidad han surgido las fórmulas secretas.

Esas fórmulas secretas que te permiten no pensar demasiado y que, según sus creadores, van a traerte clientes a patadas.

Por ejemplo, la muy socorrida, «Ayudo a las agencias inmobiliarias a aumentar su facturación»

o «Ayudo a las empresas y a los no profesionales a crear contenidos estratégicos para atraer clientes a través del Inbound Marketing»

o, incluso, «Ayudo a los líderes empresariales a transformar sus organizaciones mediante el desarrollo de las personas, la mejora de los procesos y la resolución continua de problemas».

Wow!

No, no me las he inventado. Como esas las encuentras a patadas en LinkedIn.

Y si quieres Masterclasses sobre esto busca un poquito en YouTube y te la explican y desarrollan durante toda una hora.

Abreviaré un poquito.

La verdad es que la fórmula está bien. «Ayudo a (mi nicho) a (conseguir lo que desea)» deja muy claras dos cosas:

  1. Quién debería/podría hablar contigo
  2. Que problema le resuelves

El problema surge cuando esta fórmula tan correcta se convierte en paella todos los días.

Y te hartas de verla en todas partes.

Y tu subconsciente se vuelve ciego a este tipo de mensajes.

Aplicando esas fórmulas consigues la primera parte que te prometen su creadores (la de no pensar demasiado) pero probablemente muy poco de la segunda (la de traerte clientes a patadas).

Así que la cuestión es ¿entonces qué?

No puedo poner cargos. No puedo poner fórmulas.

No es cierto. Sí puedes poner fórmulas. Pero sí debes trabajar un poco y echarle un poquito de imaginación para ser original y destacar con respecto a la media, a lo que usa todo el mundo, a las fórmulas archiconocidas.

Cuando creas tu perfil o tu marca personal o tu página corporativa está muy bien reconocer las fórmulas secretas. Son un punto perfecto para empezar.

Pero hay que estar dispuesto a dedicarle un tiempo en hacerlas únicas para que realmente tengan el efecto que queremos de ellas.