Dos muertes anunciadas. lecciones aprendidas

Con frecuencia sorprende como dos situaciones muy similares pueden acabar con resultados totalmente distintos.

En este caso el observador es el mismo.

La diferencia en la experiencia del usuario depende de como actúa el que la proporciona.


Recientemente me he encontrado con dos situaciones similares: dos productos que utilizo que van a ser dejados de ofrecer.

La experiencia Google

Uno de ellos era Google Stadia. Una plataforma online de juegos que incluía su propio dispositivo y mando para conectar al televisor.

Como su nombre indica: un producto de Google.

Hace más de un año compré el dispositivo aprovechando una oferta.

De hecho, no pagué nada por él.

La oferta era que comprabas un juego y te regalaban el dispositivo para conectar a la televisión y el mando para jugar.

Me gustan los juegos de ordenador, así que decidí probarlo.

La realidad es que le dediqué muy poco tiempo. Lo instalé. Probé el juego y lo dejé más adelante.

Evidentemente tras la compra del dispositivo me ofrecieron múltiples veces suscribirme a la plataforma de pago mensual. Cosa que nunca hice porque no me acaba de convencer eso de pagar por juegos que nunca llegan a ser tuyos.

Parece que no fui el único que pensé así, porque hace unos meses Google decidió cerrar este negocio.

Google ya tiene experiencia en cerrar negocios.

Si tienes curiosidad en killedbygoogle.com puedes ver los 281 proyectos (a fecha de publicación de esto) que Google ha matado con el tiempo.

La verdad es que algo habrán aprendido con la experiencia.

Notificaron que iban a cerrar la plataforma con unos 4 meses de antelación.

Dejaron de cobrar cuotas a los que pagaban por el acceso a juegos de la plataforma (no era mi caso) pero seguían pudiendo jugar gratis hasta el cierre.

Aquí lo más importante: decidieron reembolsar todo lo pagado en juegos o dispositivos (excepto las cuotas mensuales de la gente que pagaba la plataforma mes a mes que ya habían disfrutado).

E incluso ofrecieron finalmente liberar el mando para que lo pudieran usar los que lo compraron con cualquier otra plataforma u ordenador.

Y efectivamente recibí a los pocos meses el importe completo del juego que había pagado al inicio.

Y ahora tengo un mando que no me ha costado nada y que puedo usar si algún día tengo tiempo para volver a jugar.

Not bad.

La experiencia Dropbox

La segunda experiencia fue similar.

A principios de diciembre de este año pasado recibo un mail de Boxcryptor donde anuncian que han sido adquiridos por Dropbox.

Boxcryptor es un software que permite mantener información encriptada sobre discos en la nube tipo Google Drive, OneDrive o Dropbox, entre otros.

Tengo, no creo que sea el único, información importante en archivos que quiero tener salvaguardada en la nube por si le pasa algo a mi ordenador, pero no quiero que nadie pueda verla si alguien consiguiera acceder a esos discos en la nube.

En el comunicado, Boxcryptor anuncia que dejarán de ofrecer el servicio porque se va a integrar solo dentro del servicio de Dropbox. Así que si utilizas Google Drive, OneDrive o cualquier otro ya no te va a servir.

Avisan de que ese mismo día ya han dejado de ofrecer el producto y que lo mantendrán para los clientes que ya lo tiene hasta que finalicen sus contratos.

Normalmente el pago era anual, así que había usuarios que en pocas semanas tendrían que buscar alternativas urgentemente para salvaguardar su información en otro lugar y ver cómo protegerla con otra herramienta.

En mi caso aproveché una oferta hace un año, supongo que por el Black Friday, donde pagué la suscripción al servicio por tres años.

Por tanto, me aseguran que podré seguir utilizando el servicio otros dos años (ya había pasado uno desde mi última renovación).

Pero eso tampoco me deja muy tranquilo: si van a dejar de mantener y evolucionar el producto excepto para Dropbox, ¿qué garantías hay de que dentro de un año no haya un cambio en Google Drive o Onenote que implique que tengan que rehacer lógica en su sistema y no tengan recursos o interés en hacerlo para unos pocos clientes que pagaron hace tanto tiempo?

Por suerte esto me motivó a buscar otras alternativas y rápidamente encontré otra muy similar, open source y que llevo más de un mes probando sin problemas. Si todo sigue así, pronto pasaré mi histórico al nuevo sistema y abandonaré definitivamente esta plataforma abocada a morir.

Habré pagado por un tiempo que no voy a utilizar.

Lo que he aprendido

Dos experiencias similares, pero con resultados muy distintos.

Para mí es mucho más grave e importante el que pueda perder acceso a mis archivos confidenciales que el que deje de poder usar un juego.

Aun así, la reacción de las empresas hace cuestionar hasta qué punto se puede depender de estos servicios online.

Y, específicamente, yo voy a valorar de forma muy distinta a partir de ahora los productos que lleven la marca Google frente a los que lleven la marca Dropbox.

¿Qué opina ChatGPT?

Como no podía ser de otra forma en estos tiempos, le he preguntado a ChatGPT consejos y ejemplos para actuar en estas situaciones, tanto como proveedor de servicios como cliente. Si te interesa conocer sus respuestas las tienes aquí.

PD: Curiosamente ChatGPT contradice mi experiencia. Parece que los malos aprenden de sus errores mientras que los buenos se duermen en los laureles.